Dios misericordioso,
Tú donas a cada ser humano una dignidad imprescindible que no puede ser eliminada por
lo que éste haya echo o sufrido.
Enraizados en el valor sagrado de la vida, trabajamos juntos para transformar el sistema judicial abrogando la pena de muerte. Reafirmamos nuestro compromiso de ¨trabajar con determinación para la abolición de la pena capital en todo el mundo".
Ayúdanos a imaginar formas más restaurativas de abordar el mal y la violencia que encarnen tu visión de relaciones humanas. Haz que seamos instrumentos de tu esperanza, redención y sanación para todos los que han sido víctimas, responsables o testigos de un crimen.
Aviva en nosotros el fuego que nos empuja a promover una cultura de la vida. Sustenta nuestra búsqueda de justicia reconciliadora para que en nuestras vidas seamos modelos de tu compasión y misericordia.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor. Amén.